Ya os advierto que si seguís leyendo podréis descubrir el relato de Palahniuk, un escrito chocante y maravilloso que no he podido ni querido no incluir en esta entrada! Es algo escatológico es verdad, es uno de esos textos que no puede leer todo el mundo pero eso lo hace aún más interesante, ¿verdad?
Me lo recomendó una persona, de cuyo criterio -en general- me fío, a pesar de tener nuestros más y nuestros menos literarios... y lo he leído varias veces desde entonces.
¡Es de agradecer cuando te aconsejan cosas tan buenas!
Así pues... adelante, no os perdáis este escrito Chuck leía en 2003 cuando hacía la promoción de su novela Fantasmas, también se supone que hubieron muchos desmayos con su lectura... bueno yo creo que es más marketing que otra cosa. La revista Playboy lo publicó en 2004 y cuando el autor les ofreció sacar otra historia junto a éste, lo rechazaron por encontrar la otra historia demasiado perturbadora... en fin, estómagos sensibles, ¡ya se sabe!
Pero basta de cháchara, vamos a por el relato breve breve, a disfrutar de ese Palahniuk que seguro que todos adoramos:
Inhala.
Coge tanto aire como puedas.
Esta historia debería durar aproximadamente lo que puedas aguantar tu respiración, y entonces solo un poco mas. Así que escucha tan rápido como puedas.
Un amigo mío, cuando tenia trece años oyó hablar de “hacerse estacas”.
Es cuando un tío se mete un consolador por el culo. Se estimula la glándula de la próstata lo suficiente, y dicen que puedes tener orgasmos explosivos sin usar las manos. Con aquella edad, este amigo era un pequeño maníaco sexual. Siempre estaba investigando una nueva manera de soltar la carga. Salió a comprar una zanahoria y un poco de aceite de lubricar. Para hacer una pequeña exploración privada. Entonces se imaginó lo que iba a parecer en la cola del cajero del supermercado, con la solitaria zanahoria y el aceite de lubricar rodando por la cinta transportadora de la caja registradora hacia el cajero. Todos los compradores esperando en la cola, mirando. Todo el mundo viendo la gran tarde que tenia planeada.
Así que mi amigo compró leche, huevos, azúcar, y una zanahoria. Todos los ingredientes necesarios para un pastel de zanahoria. Y vaselina.
Como si fuera a meterse un pastel de zanahoria por el culo.
En casa apretó la zanahoria con el soporte de una herramienta fijadora. La embadurnó con grasa y la recubrió con su culo. Entonces nada. Ningún orgasmo.
Nada pasaba excepto que dolía.
Entonces, este chico, oyó como su mamá le gritaba que era la hora de la cena.
Ella dijo que bajara, enseguida.
Se saco la zanahoria y oculto aquella cosa mugrienta y resbalosa con la ropa sucia bajo su cama.
Después de la cena, fue a buscar la zanahoria. Y ya no estaba. Toda la ropa sucia, mientras él cenaba, había sido recogida por la madre para hacer la colada. No había manera de que no hubiera encontrado la zanahoria, cuidadosamente ocultada con un cuchillo de untar de su cocina, aún apestosa y reluciente de jugos.
Este amigo mío estuvo meses esperando cubierto de nubes negras. Esperando a que los suyos se lo echaran en cara. Y nunca ocurrió. Nunca. Incluso ahora que ha crecido, aquella zanahoria invisible cuelga sobre cada cena de navidad, sobre cada fiesta de cumpleaños. En cada huevo de pascua que tiene con sus hijos, los nietos de sus padres, la zanahoria fantasma está sobre ellos. Demasiado desagradable siquiera para mencionarlo.
Los franceses tienen una frase: “La solución del escalón”. En francés “esprit de l’escalier”. Hace referencia a ese momento en el que encuentras la respuesta, pero que ya es demasiado tarde. Digamos que estás en una fiesta y alguien te insulta.
Tienes que decir algo, pero bajo presión, con todo el mundo mirándote, dices algo inconsistente. Pero cuando te vas de la fiesta….
Cuando empiezas a bajar los escalones, entonces se produce el momento mágico. Vuelves con la cosa perfecta que deberías haber dicho. El perfecto corte que te deja derrotado.
Esa es la solución del escalón.
El problema es que, incluso los franceses, no tienen una frase para las estupideces que dices estando bajo presión. Esas cosas estúpidas y desesperadas que sueles pensar o hacer.
Algunas acciones son demasiado vergonzosas hasta para tener un nombre.
Incluso para que se hablen de ellas.
Volviendo atrás, los expertos en psicología infantil, los consejeros escolares dicen actualmente que la mayoría de los últimos casos de suicidios adolescentes eran de chicos que se asfixiaban mientras que se masturbaban. Sus familiares los encontraban, con una toalla enrollada alrededor del cuello del chico atada a la barra del armario de su cuarto. Muertos. Con esperma de muerto por todas partes. Por supuesto los familiares lo limpiaban. Le ponían unos pantalones a su hijo. Hacían que pareciera.. mejor. Por lo menos intencionado. El típico caso de triste suicidio adolescente.
A otro amigo mío, un chico de la escuela, su hermano mayor de la armada le contó como los chicos del oriente medio se masturbaban de manera diferente a como nosotros lo hacíamos aquí. Este hermano estaba destinado en algún país con camellos donde en el supermercado vendían lo que podían considerarse divertidos abrecartas. Cada uno de estos simpáticos instrumentos eran simplemente una fina barra de plata de ley, quizás tan larga como tu mano, con un gran tope en uno de los extremos, como una gran bola de metal del tipo del que hábilmente se acuñan en el mango de una espada. Este hermano de la armada decía como los chicos árabes se empalmaban y entonces insertaban esta barra de metal por el orificio de su nabo. Se pajeaban con la barra dentro y esto hacia que correrse fuera mucho mejor. Más intenso.
Así tenemos a este hermano mayor que viajaba alrededor del mundo enviando frases francesas. Frases rusas. Útiles consejos de masturbación.
A continuación tenemos al hermano pequeño. Un día no apareció por el colegio. Esa noche llamo por teléfono y me preguntó si podía recogerle los deberes durante las dos próximas semanas. Porque él estaba en el hospital.
Tenía que compartir habitación con gente mayor con tratamientos en sus tripas. Contaba como tenían que compartir la misma televisión. Lo único que le daba algo de privacidad era una cortina. Sus familiares no fueron a visitarlo. Por teléfono me contó como de seguro estaba que sus padres podrían fácilmente matar a su hermano mayor de la armada.
Por teléfono me contó como el día antes él estaba en su cuarto un poco colocado. En su casa, en su dormitorio, desplomado en su cama. Estaba encendiendo una vela y flipando con algunas viejas revistas porno preparándose para pajearse.
Todo esto después de haber oído a su hermano de la armada. Los útiles consejos de cómo se hacían las pajas los árabes. El chico buscó alrededor algo que pudiera hacer aquel trabajo. La barra de un bolígrafo era demasiado grande. Un lápiz era demasiado grande y basto, pero derretido junto a la vela había un delgado y suave reguero de cera que podría valer. Con el simple contacto de un dedo este chico aparto el largo reguero de cera de la vela. Lo hizo girar entre las palmas de sus manos. Largo, suave y delgado.
Ciego y cachondo, lo introdujo para abajo. Más y más profundo dentro del orificio de su nabo. Con un poco de la cera aún fuera empezó a trabajárselo.
Incluso ahora él dice que aquellos chicos árabes son malditamente inteligentes a tope. Habían reinventado completamente el hacerse pajas. De espaldas sobre su cama la cosas se estaban poniendo tan bien que este chico no era capaz de prestar atención a la cera. Tan dedicado a apretarse bien para echar fuera la corrida mientras que la cera no iba a salir fuera nunca mas.
La delgada barra de cera de deslizó adentro. Dentro del todo. Tan adentro que no podía notarla en sus conductos urinarios.
Desde abajo su madre gritó que era hora de cenar. Ella dijo que bajara, ahora mismo. El chico de la cera y el chico de la zanahoria son personas diferentes, pero todos nosotros vivimos muy mucho la misma vida.
Fue tras la cena cuando las entrañas del chico empezaron a doler. Es cera, así que él se imagino que simplemente se derretiría dentro de él y que la mearía. Y ahora, ahora le duele la espalda, los riñones, y no puede estar derecho.
Mientras este chico hablaba desde la cama del hospital podías oír de fondo los timbres sonando, la gente gritando, los concursos.
Los rayos X mostraron la verdad. Algo delgado y largo se había doblado dentro de su vejiga. Esta larga V de su interior estaba recolectando todos los minerales de su orina. Se estaba haciendo más grande y basta, recubriéndose con cristales de calcio, ensanchándose alrededor, rellenando el suave conducto de su vejiga, obstruyendo la salida de su orina al exterior. Sus riñones estaban del revés. Lo poco que goteaba de su picha era el rojo de la sangre.
Este chico y los suyos, su familia al completo, todos mirando a la radiografía con los doctores y las enfermeras. La gran V de cera fosforeciendo en blanco para que todo el mundo la pudiera ver. Él tuvo que decir la verdad. La manera en la que los árabes se pajeaban. Lo que su hermano mayor de la armada le había escrito en sus cartas.
Por teléfono, en ese momento, empezó a llorar.
Pagaron la operación de vejiga con el fondo para la universidad. Un fallo estúpido, y ahora él ya nunca será un abogado.
Introduciendo cosas dentro de ti. Introduciéndote dentro de cosas. Una vela en tu picha o tu cabeza en un nudo. Sabíamos que iba a haber grandes problemas.
Lo que me creo problemas a mí es lo que llamo “Buceo de perlas”. Esto significa machacártela bajo el agua, sentado en el fondo, en lo mas profundo de la piscina de mis padres. Con una respiración profunda me lanzo al fondo y mi deshago de mi bañador. Permanezco sentado allí dos, tres, cuatro minutos.
Simplemente por pajearme poseo una gran capacidad pulmonar. Si tuviera la casa para mí solo lo haría todas las tardes; después de bombear hasta el final, mi material, mi esperma, se mantiene alrededor en grandes y gordos grumos lechosos.
Después, más buceo. Para cojerlo todo. Recolectar y destripar cada puñado en una toalla. Por eso lo llamo “Buceo de perlas”. Incluso con el cloro siempre he de tener cuidado por culpa de mi hermana. O mi madre. Dios bendito.
Ese solía ser mi peor temor en el mundo: mi adolescente hermana virgen pensando que simplemente estaba engordando, y luego dando a luz a un bebe retardado de dos cabezas. Ambas cabezas como la mía. La cabeza del padre y la del tío.
Al final nunca es lo que tienes cuidado lo que acaba pillándote. La mejor parte del buceo de perlas era el desagüe para el filtro de la piscina y la bomba de circulación del agua. La mejor parte era desnudarse y sentarse encima.
Como dirían los franceses ¿A quien no le gusta que le chupen el culo?
Tranquilamente, en un momento eres un chico pajeándose, y un minuto después ya nunca serás un abogado.
En un momento dado estoy sentado en el fondo de la piscina y el cielo es ondulante y celeste tras dos metros y medio de agua sobre mi cabeza. El mundo es mudo excepto por latido de mi corazón en mis oídos. Mi bañador de rayas amarillas está enrollado en mi cuello como medida de seguridad, por si un amigo, un vecino, o cualquiera aparece preguntando por que no he ido al entrenamiento de fútbol. El sorbido constante del desagüe del filtro me traga y yo desparramo mi canijo culo blanco con esa sensación.
En un momento dado tengo suficiente aire y la picha en la mano. Mi padres están en el trabajo y mi hermana tiene ballet. Se supone que nadie estará en casa durante horas.
Mi mano me lleva derecho a correrme y me paro. Nado hacia arriba para coger otra gran bocanada. Buceo hacia abajo y me asiento en el fondo.
Lo hago una y otra vez.
Debe ser por esto por lo que las chicas quieren sentarse en tu cara. La succión es como estar soltando la carga eternamente. Mi polla está dura y mi culo siendo comido. No necesito aire. El latido de mi corazón en mis oídos. Permanezco abajo hasta que brillantes estrellas de luz empiezan a pulular alrededor de mis ojos. Abierto de piernas, con la parte de atrás de las rodillas pegadas al fondo de cemento. Los dedos de mis pies se vuelven azules. Los dedos de mis pies y de mis manos se arrugan de estar tanto tiempo en el agua.
Entonces dejo que ocurra. Los grandes grumos blancos empiezan a desperdigarse. Las perlas. Entonces es cuando necesito algo de aire. Pero cuando voy a darme impulso con los pies contra el fondo, no puedo. No puedo poner mis pies debajo de mí. Mi culo está atrapado.
Los enfermeros de emergencias te dirán que cada año alrededor de 150 personas quedan atrapados de esta manera, sorbidos por una bomba de circulación. Enrédate con el pelo, o con el culo, y te vas a ahogar. Cada año toneladas de gente lo hace. La mayoría en Florida.
La gente simplemente no habla de ello. Ni siquiera los franceses hablan de todo. Levantando una rodilla, escurriendo un pie debajo mío empiezo a levantarme a medias cuando noto la tracción sobre mi culo. Poniendo el otro pie debajo de mi me doy impulso contra el fondo. Me libero pateando, sin tocar el fondo, pero sin conseguir aire tampoco.
Aún pateando el agua, agitando ambos brazos, debo estar a mitad de camino de la superficie, pero sin subir más alto. El latido de mi corazón de los oídos se hace más fuerte y rápido.
Las brillantes chispas de luz cruzan y recruzan mis ojos. Me vuelvo y miro atrás…. pero no tiene sentido. Una gruesa cuerda, como una serpiente, azul clara, trenzada con venas, ha salido del desagüe de la piscina y está enganchada a mi culo.
De algunas de las venas brota sangre, sangre roja que parece negra bajo el agua y se desperdiga en pequeños hilos de la piel pálida de la serpiente. La sangre se aleja, desapareciendo en el agua, y dentro la delgada y azul clara serpiente puedes ver trozos de almuerzo medio digeridos.
Esa es la forma en la que tiene sentido. Algún horrible monstruo marino, una serpiente de mar, algo que nunca ha visto la luz del día, ha estado ocultándose en el oscuro fondo del desagüe de la piscina, esperando para comerme.
Así que lo pateo, pateo la deslizante y nudosa piel como de plástico, y sus venas, y parece como si saliera aun más del desagüe de la piscina. Debe de ser como mi pierna de larga ahora, pero aún se aferra fuerte alrededor del ojo de mi culo. Con otra patada estoy una pulgada más cerca de coger otra bocanada. Aún sintiendo a la serpiente arrastrándome por el culo estoy una pulgada más cerca de mi evasión.
Dentro de la serpiente, a nudos, se puede ver maíz y cacahuetes. Puedes ver una larga brillante pelota naranja. Es del tipo de las cápsulas para caballo de vitaminas que mi padre me hace tomar para ayudarme a coger peso. Para conseguir una beca de fútbol. Con extra de hierro y ácidos de grasa omega tres.
Parece que esa pastilla de vitaminas es la que me salva la vida.
No es una serpiente. Es mi intestino delgado. Mi colon sacado fuera de mí. Lo que los doctores llaman ¿PROLEPSIA?. Son mis tripas sorbidas por el desagüe.
Los enfermeros te dirán que una piscina bombea 80 galones de agua por minuto. Eso son casi 400 libras de presión. El gran problema es que estamos totalmente conectados por dentro. Tu culo es simplemente el lejano final del tu boca.
Si lo dejo ir la bomba continuará trabajando el deshilacheo de mis entrañas hasta que consiga mi lengua. Imagina cagando una mierda de 400 libras y verás como esto puede volverte del revés.
Lo que puedo deciros es que tus tripas no sienten mucho dolor. No de la forma que tu piel lo hace. Las cosas que tu digieres son conocidas como materia fecal por los doctores. Antes de eso son pegotes de una masa suelta de revoltijos con maíz, cacahuetes y guisantes redondos verdes.
Ahí estaba toda esa sopa de sangre y maíz, mierda, esperma y cacahuetes flotando alrededor mío. Incluso con mis entrañas deshilachándose fuera de mi culo, agarrándome a lo que aún les quedaba, incluso entonces mi mayor deseo era que alguien me pusiera de nuevo mi bañador.
Que Dios no permita a mis padres ver mi polla.
Una mano apretando el puño alrededor de mi culo. La otra mano desenganchando mi bañador de rayas amarillas intentando sacármelo de alrededor de mi cuello. Imposible ponérselos.
Si quieres sentir tus intestinos compra un paquete de esos condones de piel de carnero. Coge uno y desenróllalo. Rellénalo con mantequilla de cacahuetes. Recúbrelo con aceite de lubricante y sumérgelo bajo agua. Entonces intenta rasgarlo. Trata de partirlo en dos. Es demasiado resistente, y como de goma. Es tan escurridizo que no puedes sujetarlo.
Un condón de piel de carnero. Justamente como los intestinos.
Así puedes imaginar a lo que estoy enganchado.
Lo dejas ir un segundo y estás destripado.
Nadas hacia la superficie, a por una bocanada, y estás destripado.
No nadas y te ahogas.
Es una opción entre estar muerto ahora mismo, o dentro de un minuto a partir de ahora.
Lo que mis padres encontraran después del trabajo será un gran feto desnudo, vuelto sobre si mismo, flotando en las turbias aguas de su piscina trasera. Conectado al fondo por una gruesa cuerda de venas y tripas retorcidas. Lo contrario de un chico ahorcándose hasta morir mientras se hace una paja. Este es el bebé que trajeron del hospital hace trece años. Aquí está el chico que ellos esperaban lograra conseguir una beca escolar y un título universitario. ¿Quién cuidara de ellos en su vejez? Aquí están todas sus ilusiones y sus sueños. Aquí flotan, desnudas y muertas. Y alrededor suyo, grandes perlas lechosas de esperma desperdiciado.
O eso, o mis padres me encontraran enrollado en una toalla sangrienta, dando espasmos a medio camino entre la piscina y el teléfono de la cocina, con las entrañas, retorcijos de restos de mis tripas, aún colgando de la pernera de mis bañadores de rayas amarillas.
De lo que ni siquiera los franceses hablaran.
Aquel hermano mayor de la armada nos enseñó otra buena frase. Una frase rusa. La manera en la que nosotros decimos “Necesito eso como necesito tener un agujero en la cabeza….” los Rusos dicen “Necesito eso como necesito tener dientes en el ojo del culo….”
Mne eto nado kak zuby v zadnitse.
Hay historias de animales atrapados en un cepo que se arrancan la pata. Bien, cualquier coyote te diría que un par de mordiscos, y al diablo con estar muerto.
Demonios. Incluso si eres ruso, algún día puedes querer tener esos dientes.
De otro modo, lo que tendrías que hacer es girar en redondo. Enganchar un codo bajo tu rodilla y levantar esa pierna hasta tu cara. Morder y desgarrar tu propio culo. Te estás quedando sin aire y mascarías cualquier cosa para conseguir la siguiente bocanada.
No es una cosa que quisieras decirle a una chica en la primera cita. No si esperas un beso de buenas noches.
Si os dijera como sabe, nunca jamás, nunca más volveríais a comer calamares.
Es difícil decir con que estaban mis padres más disgustados: como me metí en problemas o como me salve. Después del hospital mi madre dijo: “No sabías lo que hacías cariño, estabas en estado de shock.”, y aprendió a cocinar huevos escalfados.
Todas esas personas completamente llenas de sentimiento por mí…
Lo necesito como necesito unos dientes en el ojo de mi culo.
Hoy en día la gente siempre me dice que parezco muy delgado. En las cenas la gente se queda callada y molesta cuando no me como las marmitas de carne de vaca.
La marmita de carne de vaca me mataría. La carne asada. Cualquier cosa que permanezca por mis tripas más de un par de horas, sale fuera siendo aún comida.
Guisantes caseros o atún ligeramente preparado. Me levantaré y comprobaré que siguen estando allí dentro en el inodoro.
Después de tener una redisección radical de intestinos no digieres la carne tan bien. La mayoría de la gente tenéis metro y medio de intestino delgado. Yo tengo suerte de tener mis 18 centímetros. Consiguientemente nunca ganeé una beca de fútbol. Nunca un título universitario. Mis dos amigos, el chico de la cera, y el chico de la zanahoria, ambos crecieron y se hicieron grandes, pero yo nunca he engordado un kilo más que cuando tenia trece años.
Otro gran problema fue que mis padres habían pagado un buen dinero por aquella piscina. Al final mi padre le dijo al encargado de la piscina que fue un perro. El perro de la familia cayó dentro y se ahogó. El cuerpo sin vida quedo enganchado en el desagüe. Hasta cuando el encargado de la piscina extrajo el filtro de la bomba, con un largo tubo como de plástico con una gran cápsula naranja de vitaminas dentro, incluso entonces mi padre dijo que “Ese perro estaba como un puta cabra”.
Incluso desde mi dormitorio del piso de arriba se podía oír a mi padre decir que “No podíamos dejar a ese perro solo ni un segundo….”.
Entonces a mi hermana no le vino el periodo.
Incluso después de cambiar el agua de la piscina, después de vender la casa, de mudarnos a otro estado, del aborto de mi hermana, incluso entonces mis padres nunca lo volvieron a mencionar.
Nunca.
Esa es nuestra zanahoria invisible.
Tú. Ahora tú puedes coger una buena bocanada.
Yo aún no puedo.
Menudo relato si que es chocante si y la de cosas que le pasan
ResponderEliminarMe costo terminar de leerlo, si que es chocante. Y yo también iría con la gente de playboy en cuanto a que es perturbador. En fin como tu lo dices, es cuestión de estómagos no?
ResponderEliminarQue relato más raro, la verdad que es marciano total, en algunos sentidos en otros es bastante normal, cuando yo era adolescente hubo a un compañero que le pillarin en lugar de con una zanahoria con un calabacin, su madre lo encontró y le sacó los colores por todas partes, y lo de hacerse pajas en la piscina era el hobby de mis vecinos, por cierto quedarse embarazada en una piscina es tan probable como que te atraviese un rayo ... Muy chocante sí, no me estraña que se llame tripas
ResponderEliminar¡Hola!Después de leer el relato, me he quedado sin palabras... Si ya la escena de la zanahoria, y la de la cera, me estaban chocando, ya con la escena de la piscina el remate final, jeje. La verdad que con la escena de la piscina, he sentido verdadera angustia y un poquito de asco.. En fin, un relato de esos que cuesta olvidar y te tiene todo el día pensando.
ResponderEliminarGracias por compartir este relato diferente y chocante.
Un abrazo!
Creo que mi pequeña mentecita no está preparada para Chuck Palahniuk, siempre me deja pensando, divagando y hasta me pongo a investigar qué pasó exactamente en el relato/novela porque creo no haberlo entendido jajajaja, creo a la primera pasada no le capto el rollo hasta que le doy una segunda vuelta. Aunque paso de una segunda vuelta a este.
ResponderEliminarAún así, gracias por compartir, saludos ;)
Venía leyendo en el bus y clavaba las uñas en el asiento y aunque quisiera dejar de leer no podía, necesitaba saber en qué terminaría con las tripas fuera, definitvamente le fue peor que a los dos primeros.
ResponderEliminarAiss vaya relato!! Al igual que el anterior comentario quería dejar de leer y no podía, quería saber qué pasaría. Un saludo.
ResponderEliminarQue relato más extraño. No había leído algo así pero la verdad no me mola seguirle leyendo :( lo leí y casi no entendí pero bueno... hay gustos para cada quien y en la lectura no es una excepción. Igual si a ti te gusta que bueno que nos compartas :)
ResponderEliminarVaya que hay que ser muy fuerte para leerlo, pero a la vez tienes esa extraña necesidad de no dejar de hacerlo, de saber mas, de saber el final. Definitivamente no el fue el final que el tipo esperaba pero fue lo que le tocó. Chuck Palahniuk, me mantuvo en ascuas hasta el final. Un saludo!
ResponderEliminarLo siento pero no he terminado de leer este relato breve,breve que dices aunque yo diría que muy largo.
ResponderEliminarNo me ha resultado agradable y a la mitad lo he dejado. Encuentro legítimo que te guste este tipo de lectura y gracias por compartirlo.
Saludos.
Un relato con una gran profundidad psicológica, muy chocante e incluso de los que te dejan con un nudo en la garganta (no sé si de asco por lo de la zanahoria o si por los chicos que se mueren masturbándose) no me he sentido capaz de terminarlo, lo siento mucho, quizás me falte un poco de madurez para ese tipo de literatura, me refiero a que hablar de esas cosas sigue resultándome un poco tabú, aunque ya me estoy liberando poco a poco. Saludos!
ResponderEliminarReconozco que he dejado de leerlo a la mitad, no he podido con el relato. ¿En serio no encontraron este relato perturbador? Ya no voy a ser capaz de mirar una zanahoria con los mismos ojos y tampoco una piscina. Eso sí que me ha parecido retorcido. ¿Y lo de la cera? De estar como una cabra, no hay más. No creo que lea nada de Chuck Palahniuk si no es por tu blog, de verdad que me he quedado de piedra, bss!
ResponderEliminarCaray me he quedado flipando, se que hay historias para todos los tipos de personas, pero hay cosas que paso totalmente de leer, porque no lo concibo como algo normal, ojo que cada quien tiene su linea de vida y visión sobre las cosas, pero este relato no me ha gustado, creo que lo dejo pasar, no es una buena recomendación de forma personal.
ResponderEliminarHola, he leído una parte del relato pero me ha resultado bastante desagradable y escatológico y cuando leo es para sentirme bien, a gusto, entretenerme y divertirme. No para que se me revuelva el estómago que, por cierto, llevo ya de por sí bastante revuelto hoy jejeje. No obstante siempre es bueno adentrarse en otros caminos, hasta que te das cuenta que no es el tuyo! Muaks
ResponderEliminarMe dieron ganas de vomitar...leia y leia pero a la mitad me quede, lo siento ya no pude...es perturbador si te dejas influenciar y comienzas a imaginarlo (que es lo que provocan las lecturas) pero no pude mas...
ResponderEliminarLo imagine todo...
Hola!!! Para ser sincera no fui capaz de terminar de leer, es bastante perturbador...y con imaginación ya ni te cuento!!!! Un saludo!!!
ResponderEliminarA mi me parecieron unos muchachos un poco tontos, que no tienen idea de nada, pero de esos siempre han habido. No es de mis lecturas preferidas, literariamente tampoco, a mi el agua me agobia, así que me quede sin respirar mientras contaba su relato. Las expresiones de los franceses no las conocía, el silencio de las familias, sin duda es lo único sensato.
ResponderEliminarVivimos en la era de la desinformación, lo vemos en la juventud de estos tiempos, y a veces la realidad supera la ficción.
EliminarCon el chico de la zanahoria me cague de la risa, pero luego se fue volviendo mas gore la historia con el chico de la pisa, debe decir que me dolío el trasero con solo leerlo. Me gusto la historia.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarValla relato mas chocante!!
No conocia Tripas de Chuck Palahniuk
La escena de la piscina me a dado angustia la verdad.
En si este tipo de relato no es mi preferido pero me has animado a descubrirlo.
Un abrazo
Es un relato impresionante, hace tiempo que no me estremecía así, grande Chuck. Muchas gracias por compartir, entre tanta basura de la internet, me encuentro con este gran relato.
ResponderEliminarYo lo leí en el metro, sinceramente creo haber hecho una cantidad de caras variopintas de lo más extrañas, terror, risas, asombro, asco, de todo.
ResponderEliminarEl relato es una maravilla, eso sí, lo más terrorífico que tiene es la traducción. Quería leerlo en mi lengua materna pero no he podido llegar ni a la mitad antes de tener que buscarlo en inglés. Con respecto al original hay partes tan mal redactadas que son ininteligibles, y otras directamente inventadas. Lo de traducir “flipping through some old porno magazines” como “flipando con algunas viejas revistas porno”... bravo.
ResponderEliminarLo he leído varias veces. ES un algo producido por un homosexual activo que lo disimula bajo un disfraz escatológico. No me gusta la suciedad que desprende, porque no es siquiera un relato sexual. solo es guarro
ResponderEliminarMe lo recomendó una persona, de cuyo criterio -en general- me fío, a pesar de tener nuestros más y nuestros menos literarios... y lo he leído varias veces desde entonces. https://goodnightpublishing.com/programa-para-descifrar-claves-wifi/
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJ No puedo creer que esto exista
ResponderEliminarQué romántico.
ResponderEliminarEstoy fascinado y horrorizado por cómo tus decisiones en la vida que normalmente tomas con ligereza o inmadurez, pueden cambiar de manera radical el resto de tu vida, eso y si tienes suerte de sobrevivir, al parecer nos cuestionamos muy poco sobre las repercusiones de nuestros actos y decidimos guiarnos por nuestros tontos y banales deseos, gracias por este relato.
ResponderEliminarEsta es definitivamente una maravilla de la literatura contemporánea. Solo un genio podría escribir una obra como esta. Es algo tan estúpido pero esta narrado tan bien que da risa y asco a la vez. Sublime.
ResponderEliminarQue escrito tan estúpido, ¿de verdad el que lo escribió es un periodista y escritor? No lo digo tanto por lo que cuenta, sino por cómo lo hace, totalmente insulso y sin gracia. Hasta yo escribo mejor que el tipo.
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