Review: Veinticuatro horas en la vida de una mujer de Stefan Zweig

VEINTICUATRO HORAS EN LA VIDA DE UNA MUJER: STEFAN ZWEIG

Autor: Stefan Zweig
Editorial: Acantilado
Páginas: 104
ISBN: 9788495359391

SINOPSIS

La novela de Zweig describe el día más maravilloso y terrible en la vida de una mujer, veinticuatro horas que cambiarán su presente y la forma de enfocar su futuro. En esas horas, un joven le cambiará la vida y se comportará con él de una manera que nunca hubiera pensado, estando dispuesta a dejar todo por él.

Este 2017 para mí será -entre otras cosas- el año Zweig porque es cuando he empezado a leer los maravillosos relatos de este escritor.
A pesar de tener otros esperando me decanté por este, Veinticuatro horas en la vida de una mujer, por el programa Convénzeme de BeMad, que presenta Mercedes Milá. Alguien criticó algún relato del autor y ella le recomendó este, pero no es la primera vez que la oía decirlo y al final pensé que como lo tenía, bien podía darle una oportunidad.

De momento llevo Carta de una desconocida, ¿Fue él? y Mendel el de los libros. Es pues el cuarto relato del austríaco que leo y reseño.

Como os cuento en la sinopsis, el libro narra un día en la vida de la protagonista. No sabemos del todo la fecha aunque el autor nos sitúa unos diez años antes de la I Guerra Mundial y debemos tener muy en cuenta el momento en el que sucede para entender a la mujer, como piensa y como actúa, porque si la vemos con los ojos de ahora, la juzgaremos sin entender como lo que le ocurrió conmocionó su existencia posterior.

El narrador de la historia no es la mujer, realmente el relato empieza contándonos un hecho que conmocionó a los huéspedes de una pensión en la Riviera, ahí una señora abandona a su marido e hijas por un joven al que conoció la noche anterior, eso posiciona a todos los huéspedes en contra de la mujer, sólo el narrador la defiende y quiere entenderla, eso sirve para que una anciana elija a este joven como su confesor, a él le contará lo que le sucedió y él nos lo contará a nosotros pero con las palabras de ella.
Me gusta que el narrador/escritor nos lo cuente sin interferir, sin juzgar y sin que haya implícita su opinión en el texto.

La historia, como en todos los demás del autor, trata tema diferentes: el amor, la voluntad, la enfermedad, los vicios, las debilidades humanas, la fuerza de la pasión, la compasión..., y como en los libros anteriores, Zweig describe todos los sentimientos humanos a la perfección. 

Es un libro cargado de descripciones, lleno de detalles, nos podemos imaginar los diferentes escenarios, los personajes... pero también hay diálogo, no demasiado pero cuando se produce es para cosas importantes, el cruce de palabras nos mantiene tensos, enganchados a lo que se dicen, hay de verdad tan poco diálogo pero tan importante que no echamos de menos más y el peso de toda la narración cae en la parte más introspectiva, aquella que más interesa a Zweig y a nosotros. La mujer elige a este joven como oyente porque sabe que no la juzgará, es quizá el único que puede entenderla y no se calla nada, ningún pensamiento, sentimiento o sensación.
Estamos frente a un relato dentro de un relato, breve pero intenso y que nos hará sufrir, ya no con el sufrimiento de la mujer o al menos no en mi caso, sino con su inocencia a veces, su manera de ver el mundo tan alejada de la mía y su forma de entender las cosas, me sabe mal por ella porque no supo ver lo que iba a ocurrir.

El autor como ya me tiene acostumbrada, escribe y cuenta la historia de forma elegante, cuidada, seleccionando muy bien las palabras y cargando el texto de las diferentes emociones por las que pasan los protagonistas, da a cada uno una personalidad diferenciada y la expresa perfectamente a través de sus actos y comportamientos, también con la palabra, todo es un conjunto que nos acerca a cada uno de los personajes que en Veinticuatro horas aparecen.

Es un relato fácil de leer ya que aunque escriba de forma elegante no abusa de palabras rebuscadas o difíciles de entender. 

Si comparo este relato con los anteriores, debo reconocer que cuando lo terminé no sabía si me había gustado o no del todo, tenía claro que me seguía quedando con Carta de una desconocida, ahí había más dolor y más sentimientos, de verdad que noté y sentí lo mismo que ella y eso a mí no me pasa a menudo, por eso me sigo quedando con el otro, pero a medida que han pasado los días y he ido pensando en el relato me ha ido gustando más, he entendido un poco más lo que sentía ella, no es que haya estado pensando constantemente en lo que leí pero sí que el texto fue reposando y me gusta más a día de hoy que el día que lo leí. 

Quizá la diferencia entre los dos relatos radica en que en la Carta todo lo narrado se refería a la vida de la protagonista, el dolor se alargaba a los largo de años y aquí en cambio fueron unas horas las que modificaron la vida entera, pero estos días de introspección me han hecho pensar que quizá es más doloroso que un hecho puntual te rompa el alma y cambie todo aquello que pensabas de ti misma que no que tu vida vaya cambiando con el paso de los años, por muy mal que te puedas llegar a sentir... 
En este relato podemos entender lo que ella siente, como esas 24 horas fueron de importantes porque entendemos lo que pensaba ella antes de lo que ocurrió, esas horas la marcaron y marcaron su futuro, además vivió con lo que sucedió durante muchos años, sin contarle nada a nadie, guardándolo en su interior porque sabía que nadie podría entenderla, ella se sintió avergonzada durante años por ese momento y por lo que significó. Ya os digo que si lo vemos con ojos contemporáneos nunca la entenderemos, debemos ponernos en su lugar y en el momento en que eso sucedió.
Ella lo cuenta una vez superado, muchos años más tarde, lo ha analizado muchas veces, entendido y racionalizado. En su día rompió las normas morales en un momento en el que la moralidad social era muy rígida y más con el rol de la mujer y por eso lo que hizo, sintió, pensó y deseó afectó a su alma y marcó el resto de su vida. 

El final de la historia no nos sorprende, es el esperado, no hay giros en la trama que vayan a dejarnos con la boca abierta, pensándolo bien, en los textos de Zweig casi siempre nos enfrentamos a la historia conociendo ya el final, que es lo menos importante porque lo que nos interesa es el resto, lo que sucedió para llegar ahí, no como finalizó.

Veinticuatro horas es una buena historia, un gran relato y el nivel se mantiene de principio a fin. 

Lectura totalmente recomendada y os advierto que antes de que acabe el año, probablemente algún otro del autor caerá.

VALORACIÓN:





Por si os interesa leer algún fragmento, escribí en su día una entrada con los textos que más me gustaron, ya me diréis que os parecen.