Reseña: El mundo en el que vivo

EL MUNDO EN EL QUE VIVO - HELLEN KELLER

SINOPSIS

«Aunque Helen Keller es más conocida por La historia de mi vida, su siguiente libro, El mundo en el que vivo, es más cálido, más íntimo y aún más bello; es la obra en donde encontramos su más extraordinaria fuerza, imaginación y originalidad como escritora.» Oliver Sacks.

«Keller aprendió enseguida que la visión interior retiene toda la fuerza sensible, y que el tacto, el gusto y el olfato están siempre al servicio de la efervescencia. La propia imaginación no es más que universo interior, y de ella derivan los sentimientos, el conocimiento, la emoción, la relación con lo extraño. Dañada la imaginación por los incontables estragos de la experiencia, por el miedo o por la locura, los sentidos no son útiles para nada: de hecho, no se utilizan.» Alejandro Gándara, El Mundo. 

Me cuesta muchísimo leer ensayo, sé que no es la primera vez que lo digo pero es que es así y no cambia la cosa. Pero claro, como me apunto a clubs de lectura y en algunos no elijo yo las lecturas pues... pasa lo que pasa y vuelvo al blog con la reseña de un ensayo, pero esta vez lo he disfrutado. Me cuesta mil veces más leerlo que una novela de cualquier género, no obstante lo he terminado, aunque que no llegue a las 200 páginas ha ayudado.

Conocía la historia de Hellen Keller desde hace años y quizá muchos de vosotros también, gracias a la película: El milagro de Ana Sullivan de Arthur Penn. La película es un buen complemento a los libros de Keller ya que nos ayuda a entender el por qué de lo que ella nos cuenta, como fue parte de su infancia y como empezó a aprender. 

Dice la misma Hellen Keller en su anterior libro, La historia de mi vida:

“¿Habéis estado alguna vez en el mar en medio de una densa niebla cuando parece que una bruma blanca y tangible nos encierra, y el gran buque, tenso y ansioso, avanza a tientas hacia la costa con plomada y sonda, y uno espera con el corazón palpitante a que algo suceda? Antes del comienzo de mi educación yo era como ese buque, sólo que no tenía brújula ni sonda, ni modo de saber a que distancia estaba el puerto."


¿Por qué nos cuenta eso? Porque Hellen era ciega y sorda, no muda pero como en todos estos caso, el no oír dificulta muchísimo el habla, de ahí que podría casi considerársela muda. Pensemos por un momento como sería nuestra vida si nos privaran de la vista y el oído, las dificultades para aprender, para adaptarnos y para relacionarnos, así era la vida de la autora, que perdió ambos sentidos de pequeña debido a unas fiebres. En la película vemos como creció casi como una niña salvaje, consentida por sus padres y a la que únicamente Ana Sullivan supo entender y enseñar a relacionarse, entendiendo esta parte, podemos entender un poco El mundo en el que vivo. 

Keller no se nos muestra como alguien discapacitado por no tener todos los sentidos, al contrario, ella es consciente que interpreta el mundo de forma diferente pero eso no significa que sea malo, solo que es diferente. Realmente todos interpretamos el mundo a nuestra manera, los que llevamos gafas si nos las quitamos veremos un mundo totalmente diferente al que estamos acostumbrados, imaginemos pues que el mundo está al alcance únicamente de nuestro sentido del tacto y del olfato y como de desarrollados pueden llegar a estar estos.

Hellen Keller nos habla de como siente la música sin oír, como las vibraciones de las notas de un piano o un violín le hacen sentir lo que otros oyen y la forma en la que lo hace está cargada de belleza. No somos capaces de sentir lo mismo que ella pero la entendemos, nos ponemos un poco en su lugar e imaginamos a través de sentidos que tenemos relegados y que usamos bien poco.

Después de ver la peli y leer este libro, nos queda la idea que la autora fue una persona excepcional, pudo con todas las dificultades que le planteó la vida y luchó por los derechos de las mujeres y la igualdad de clases. Y todo lo anterior, me hace plantear una pregunta:
¿Hubiera sido la misma con los cinco sentidos? No lo sabremos nunca pero creo que no, creo que ella que descendía de una familia acomodada, con plantaciones de algodón, esclavos en sus propiedades y todo lo que os podáis imaginar, se hubiera casado y habría vivido a la sombra de su marido, pero tuvo que luchar y esa lucha la llevo más lejos de lo que hubiera imaginado una mujer de su época (1880-1968). 

Por todo, se la considera un símbolo de superación. Además, después de terminar la lectura no puedes dejar de pensar en ello, ponerte en su lugar, ver que peso tienen en nuestra vida el tacto y el olfato, del gusto habla poco realmente, pero se centra en el primero y luego en el segundo. En algunos momentos no pude dejar de recordar el libro de Zweig: Veinticuatro horas en la vida de una mujer, donde también hay un extenso párrafo dedicado a las manos. Y quizá el capítulo que sorprende más es el último (o penúltimo más bien), dedicado al mundo de los sueños, como ella lo interpreta, como vive esos momentos, es altamente curioso por la forma en que se describen y como se ve a ella misma en ellos. 

Por cierto que el último capítulo es una poesía que me ha sobrado un poco debido a que no es lo mío, he encontrado más bello lo demás que esta parte, pero ahí sí que no me podéis hacer mucho caso pues no es un género que me guste.

El vocabulario empleado en el libro es muy rico, lleno de matices, detalles, descripciones extensas que nos hacen vivir lo que nos cuenta. Ensayo muy bien escrito y que nos atrapa a través del lenguaje usado.

No es largo en cuanto a extensión, pero tampoco es fácil de leer porque nos vamos parando en las ideas que la autora nos deja, nos ponemos en su lugar y todo eso nos lleva un tiempo, así que es probable que tardemos más en leer estas 150 páginas que un thriller de 500, pero es normal, no se puede leer rápido porque te das cuenta que te pierdes demasiadas cosas, es mejor ir despacio y saborear las palabras de Keller.

Por cierto, si os preguntáis como lo hacía la autora para comunicarse, os cuento que para la lectura ya existía el Sistema Braille desde 1825, pero para comunicarse con los demás lo hacía a través de las manos, "escribía" en las manos de los demás lo que quería decir y "leía" en sus manos lo que le querían decir. Os dejo una imagen de la película donde le enseña una letra:

Un libro totalmente recomendado, ya os digo que el ensayo no es lo mío pero no descarto leer el libro anterior a este, y sobretodo, si no os apetece leerlo, no os podéis perder la película, está enterita en Youtube o sea que no tenéis excusas para ello.



VALORACIÓN: