Reseña: La señora Dalloway

LA SEÑORA DALLOWAY: VIRGINIA WOOLF

SINOPSIS

La historia de la novela cuenta los preparativos de Clarissa, su protagonista, para una fiesta que va a ofrecer esa noche. Usando la perspectiva interior de la novela, su autora, Virginia Woolf, se mueve hacia atrás y adelante en el tiempo, y dentro y fuera de la mente de varios personajes para construir una imagen completa, no solo de la vida de Clarissa Dalloway, sino de la alta sociedad del Londres de entreguerras.

Hoy os traigo la reseña de La señora Dalloway, ya veis que en poco tiempo he leído dos obras de Virginia Woolf pues no  hace mucho terminé Una habitación propia, de la que tenéis la reseña aquí. He vuelto a ella gracias al club de la isla, ni siquiera la llegué a votar porque hubiera preferido algo más ligero, pero salió y pensé: ahora o nunca, si no aprovechas el momento quizá nunca lo encuentres y me adentré de nuevo en el estilo de Woolf.

La señora Dalloway es la cuarta novela de la autora y detalla un día en la vida de Clarissa Dalloway, un día en el que va a dar una fiesta y tiene que ultimar todos los preparativos. Está escrito en narrativa de flujo de consciencia, usado para describir una continuidad de impresiones y sobretodo, de pensamiento, lo leemos como un largo monólogo que debido a la manera en la que está escrito nos puede resultar difícil de leer. Claro, no ayuda nada la falta de puntuación y que la autora se mueva hacia atrás y hacia adelante en el tiempo y encima que entre en la mente de varios de los personajes con los que Clarissa se va cruzando. Eso no solo nos da una imagen de la vida de la protagonista sino también de las personas que la rodean, dejando constancia de la estructura social y los pensamientos de entreguerras. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que igual que el Ulisses de Joyce, es una novela complicada de leer. Me decía una persona del trabajo, ¿Pero cómo puedes llevar un mes con un libro de 200 páginas? Pues así es, es un libro que necesita su tiempo y no entiende de otras obligaciones literarias.

Es una novela muy bien escrita, su prosa es de verdad exquisita y nos sintamos abrumados o no por la forma en que está narrada, tiene una indudable calidad. Su ritmo es lento pero por lo que cuenta no puede ser de otra manera, y no os preocupéis si tenéis que volver a leer párrafos enteros porque se ha cambiado de narrador y no os habéis dado cuenta al momento, creo que nos ha pasado a todos (o eso quiero creer).


¿Apto para todos los públicos? No, ni para todos los momentos de nuestra vida. Si estamos buscando lecturas ligeras o que nos entretengan o que no necesiten mucha atención, nunca será una opción adecuada. Necesita que tengamos paciencia, que dejemos pasar las páginas y que cuando estemos saturados, marquemos donde sea y sigamos adelante. No está dividido en capítulos y como decía antes, es todo un fluir de pensamiento, así que, debemos seguir y estar pendientes del cambio de personajes.
Para que nos entendamos sobre de qué trata el libro, es como si hoy tuviéramos invitados en casa y decidiéramos dejarlo todo preparado para la noche y se mete alguien en nuestro cerebro que va escribiendo sobre lo que pensamos, pero no solo lo nuestro, también de la gente con la que nos cruzamos y nos llaman la atención, puede ser nuestra hija, una pareja que está en un banco... complicado de escribir y complicado de leer.

Y dicho lo anterior, creo que es necesaria una relectura del libro debido a los muchos significados que podemos darle y a las capas que nos encontramos. En la novela se entrelazan tantas historias que no está de más ya enfrentarnos a ella con las ideas claras, poder disfrutar de las historias de su círculo íntimo sin sentirnos mareados con esos saltos que al inicio parecen desordenados e inconexos.

Además aunque parezca que los detalles que la autora nos cuenta son simples anécdotas o detalles sin importancia, realmente el texto está lleno de reflexiones sobre temas más profundos: la muerte, el suicidio, la relación materno-filial, el colonialismo, la posición de la mujer en la sociedad y su paso por diferentes edades, la bisexualidad, la locura... un personaje de lo más desgarrador es el de Septimus, un héroe de guerra quién sufre estrés post-traumático y que nos presenta los tratamientos de la locura y la depresión, dejando aquí muchos detalles autobiográficos, no olvidemos que Woolf padecía depresión maníaca.

Y todo ocurre en un solo día del mes de junio, aunque hay flashbacks al pasado. Se alterna también narración con descripciones, muy detalladas, varios puntos de vista sobre una misma situación a través de diálogos interiores y pasamos del discurso directo al indirecto.
Supongo que entenderéis porque digo que no es una novela fácil de leer y no me quiero imaginar la cantidad de gente que habrá llegado al final casi como una obligación o que la habrá abandonado -con suerte- a la mitad.

Es una novela interesante, que al inicio no me convencía y pensé que dejaría o peor, que la arrastraría durante años, pero por alguna razón pensaba que ahora era el momento de leerla, que si no lo hacía ahora dejaría la oportunidad de adentrarme de nuevo al universo de la autora y si la abandonaba no volvería a ella con ningún otro texto.
Con La señora Dalloway he escuchado la voz de las mujeres que vivieron esa época, he podido entender sus sueños, pasiones y a lo que tenían que enfrentarse, como querían realizarse como personas, añadido todo a lo que la autora ya me contó en Una habitación propia, donde a pesar de ese deseo de autorealización, ellas deben seguir viviendo a través de los hombres, aunque eso suponga que no sean felices, y esto lo he vivido de nuevo en Casa de muñecas de Ibsen, que terminé ayer y me dejó un sabor parecido al de Woolf.

Poco más puedo añadir, ¿La recomiendo? Sí, sin lugar a dudas, pero elegid bien el momento y pensad lo que tenéis por delante, no es una lectura fácil ni rápida, aunque veáis que no son muchas páginas (unas 200) no lo leeréis en un par de días. Pero eso sí, cuando le deis una oportunidad, seguro que quedáis enganchados al estilo de la autora y a lo que nos cuenta.

La señora Dalloway dijo que las flores las compraría ella y creo que debéis emprender con ella ese camino hacia la floristería.




VALORACIÓN: