SINOPSIS
A finales del siglo XIX, los misioneros católicos emprendieron la titánica tarea de evangelizar la isla de Nueva Guinea, cuya población estaba compuesta por una multitud de tribus de origen étnico distinto que, ancladas en la Edad de Piedra, aún conservaban costumbres tan bárbaras como la práctica del canibalismo o la mutilación ritual.
Según las crónicas, uno de aquellos intrépidos misioneros llegó a perder el juicio tras realizar un increíble descubrimiento en las profundidades de la selva, del que hasta ahora, tras una reciente investigación destinada a reconstruir lo ocurrido, nada se conocía.
Por primera vez sale a la luz la controvertida narración de los hechos contados por el protagonista de esta historia —un misionero francés olvidado incluso por la propia Iglesia católica—, que pagó muy caro su afán por desentrañar el misterio que se ocultaba en el corazón de Nueva Guinea, mucho antes de que el hombre blanco la explorase por primera vez. Una lectura inolvidable acerca de la fe, el valor y el miedo a lo desconocido, donde cada lector tendrá la última palabra acerca de los enigmáticos hechos acontecidos hace ya más de un siglo.
A finales del siglo XIX, los misioneros católicos emprendieron la titánica tarea de evangelizar la isla de Nueva Guinea, cuya población estaba compuesta por una multitud de tribus de origen étnico distinto que, ancladas en la Edad de Piedra, aún conservaban costumbres tan bárbaras como la práctica del canibalismo o la mutilación ritual.
Según las crónicas, uno de aquellos intrépidos misioneros llegó a perder el juicio tras realizar un increíble descubrimiento en las profundidades de la selva, del que hasta ahora, tras una reciente investigación destinada a reconstruir lo ocurrido, nada se conocía.
Por primera vez sale a la luz la controvertida narración de los hechos contados por el protagonista de esta historia —un misionero francés olvidado incluso por la propia Iglesia católica—, que pagó muy caro su afán por desentrañar el misterio que se ocultaba en el corazón de Nueva Guinea, mucho antes de que el hombre blanco la explorase por primera vez. Una lectura inolvidable acerca de la fe, el valor y el miedo a lo desconocido, donde cada lector tendrá la última palabra acerca de los enigmáticos hechos acontecidos hace ya más de un siglo.
Hoy os traigo la reseña de una novela breve o un relato largo que no estaba en mis planes leer, pero al tratarse de una lectura conjunta organizada por la Reina Lectora decidí apuntarme. Además, conocía al autor ya que en el pasado leí y disfruté El llanto de la isla de Pascua, así que cuando vi esta novela y lo cortita que era, no lo dudé.
El libro es autopublicado y basado en hechos reales. Como podéis ver un poco en la sinopsis es la historia de un misionero francés que fue a evangelizar a los nativos de la isla de Nueva Guinea.
Me parece una excelente base para esta novela, ya solo imaginar lo que pasaron estos hombres lejos de su casa, poniendo en riesgo su vida, ya sea por el contacto con las tribus a veces hostiles, ya sea por las enfermedades para los que sus cuerpos no tenían defensas... tenían que ser muy valientes, además de creer realmente en su misión.
Aunque nos centramos en la vida del padre Pinget, también conocemos a otros que estan trabajando cuando él llega al país. Otros padres ejercen esta tarea entre los nativos y luego incluso algunos de los isleños ya convertidos participan en las tareas, ya sea traduciendo, ya sea llevando a cabo misas o curas cuando los padres no pueden por lo que sea.
Así, a través del diario del padre Pinget, vemos las costumbres de los nativos, las diferencias entre las tribus, su manera de enfocar los problemas y como se recibe el tema del cristianismo en una zona donde ya se veneraban otros dioses. Además, los habitantes de Nueva Guinea temían a unas criaturas que se decía habitaban en lo más profundo de la isla. Estos seres tenían un gran parecido con el ser humano pero al mismo tiempo está claro que no lo eran. Estos seres tuvieron mucho que ver en la vuelta del padre a casa, ya con unas fiebres que le obligaron a internarse en un hospital, allí le contará a una joven monja que le cuida como conoció a estos seres.
Así El misionero en Nueva Guinea se desarrolla por un lado gracias al diario de Pinget y cuando este finaliza, a través de las anotaciones de la monja. Pero, el final no es del todo cerrado, en el sentido que no acabaremos sabiendo si esos seres existen o no, cada cual debe sacar sus propias conclusiones a través de lo leído.
Es un libro que se lee rápidamente, no supone ningún problema su lenguaje ni tampoco su contenido, si bien es verdad que habla de canibalismo no hay nada explícito en él, nada que pueda hacernos descartar su lectura por ser demasiado violento o desagradable.
No quiero entrar en el tema del catolicismo, de la evangelización desde un aspecto moral, aunque ya os digo que no estoy de acuerdo con ello y a medida que leía algunas cosas no me gustaban. Centrándome en lo qu eocurre en esta historia, de la misma manera que ya he dicho que los que iban me parecían muy valientes, también su manera de comportarse y actuar a veces dejaba bastante que desear. Creo que en la narración no se ve en ningún momento empatía con los indigenas, sí que hay un deseo de salvarles pero no se tiene en cuenta que son adultos, con sus creencias, deseos, forma de vida... se les trata de forma paternalista, siempre con la idea de que necesitan al catolicismo para vivir mejor.
Y para no querer hablar de ello todo lo que he dicho ya... en fin, es que no lo puedo evitar, esta idea de ir a salvar a quién no lo necesita no me gusta nada.
Para finalizar, es un libro interesante, el primero que leo ambientado en ese momento, siglo XIX y en ese lugar, tampoco había leído sobre las misiones católicas en Nueva Guinea.
Es una historia entretenida, una buena manera de conocer al escritor que veo que siempre escoge ubicaciones mágicas y excelentes para sus novelas (Nueva Guinea, la isla de Pascua, el Tíbet...).
Muy recomendable, se lee en un momento y os dejará muy buenas sensaciones cuando la terminéis, a pesar de ese final abierto y las posteriores anotaciones del autor.
VALORACIÓN:
No hay comentarios:
Publicar un comentario