Sigo con los fragmentos que más me han gustado del libro Marc, la rata sucia de José Sbarra. Esta es la última entrada ya, podéis ver aquí la primera y la segunda.
#1
“Las prostitutas toxicómanas son solidarias. No hacen daño a nadie pero son expulsadas del mundo civilizado. Las prostitutas toxicómanas son las únicas reservas de amor que le quedan a la humanidad.
La humanidad las expulsa, y en ellas expulsa al amor. Hipócrita, erotofóbica y despiadada, la humanidad las expulsa.
Las prostitutas toxicómanas son solidarias. Le dan amor al ciego, al que no tiene dientes, al deforme, al calvo libidinoso, al tarado mental, al obrero hastiado. Reciben unas monedas a cambio, es verdad. Pero las mujeres respetables cobran aún más caro y son incapaces de dar amor a quien le falta una pierna, un ojo o la inteligencia.
Las prostitutas toxicómanas son solidarias. Aman por la paga, pero aman. Las prostitutas toxicómanas son buenas en su trabajo y no entienden por qué las expulsan del mundo civilizado.”
#2
“No me dejes. Desde lo alto y oscuro de mi soledad te beso con la mirada y no lo sabes. Y no hace falta que lo sepas, ni nada. Es un placer observarte cuando no te das cuenta. Es hermoso y tonto mirarte cuando no te enteras. Verte actuar. Imaginar lo que imaginas. Suponer lo que piensas. Qué alegría inocente y obscena saber que lo ignorabas y haberte mirado tanto. No me dejes.”
#3
“No dejes que se vaya. Si se va no lo verás nunca más. Si se va hablará otros idiomas. Se cubrirá con ropas nuevas, Aprenderá distintas formas de placer. Descubrirá que era hermoso estar a tu lado pero que no eras imprescindible para respirar.
No lo dejes ir. No puedes dejar que se vaya. Hazte un sitio dentro de sus pulmones. Asesínalo, pero no lo dejes ir.
Los que se van no vuelven, los que vuelven son siempre otros. Apunta directo a su corazón y dispárale toda la muerte. Tienes el derecho otorgado por el demente tribunal del amor.
Asesínalo.
Te absolveremos los que hemos amado alguna vez. Pero no lo dejes ir, porque cuando se deja partir a alguien, ya no se lo ve nunca más.”
#4
“Lo pienso desatar, pero me llevo su revólver.
–Si se lleva mi revólver me obliga a denunciarlo.
–Y si no me lo llevo me liquida directamente.
–¿No se puede olvidar por un instante de que soy un policía?
–¿Qué le pasaría a una rata si olvidara por un instante que el gato es un gato? Voy a dejar su revólver al pie de la estatua que hay en la estación.
–Marc, Sucia Rata, si el revólver desaparece tendré que denunciarlo. Déjelo aquí en la casa.
Confíe en mí. No voy a impedir que se vaya.
–De acuerdo, oficial, voy a confiar en usted. Asegúreme que no va a salir a la calle antes de una hora.
–Se lo aseguro, Marc.
–¿Ve, oficial?, esta es una prueba innegable de que estoy loco.
–¿Cuál?
–Confío en un policía. Adiós, oficial.
–Adiós, Marc Sucia Rata.”
¿Qué os parecen?
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