SINOPSIS
La Trans-taiga es la carretera más larga y solitaria que puede recorrerse en el vasto norte canadiense: más de seiscientos kilómetros a través de un desierto boreal que mueren de pronto junto a un embalse abandonado. Un sitio que cruzar en moto, donde perderse con una mujer casada, acampar bajo la fosforescencia de la auror a y la lluvia de estrellas. Ése era en un principio el plan de Mac. Mac es un tipo que a veces necesita medicación y cuyos planes, a menudo, salen mal.
La Trans-taiga es la carretera más larga y solitaria que puede recorrerse en el vasto norte canadiense: más de seiscientos kilómetros a través de un desierto boreal que mueren de pronto junto a un embalse abandonado. Un sitio que cruzar en moto, donde perderse con una mujer casada, acampar bajo la fosforescencia de la auror a y la lluvia de estrellas. Ése era en un principio el plan de Mac. Mac es un tipo que a veces necesita medicación y cuyos planes, a menudo, salen mal.
Me da alegría cada que reseño un libro de esos que llevan años en mis estanterías y es el caso de Esta noche arderá el cielo, de Emilio Bueso. Es el segundo libro que leo del autor, el primero fue Diástole hace ya bastantes años.
Lo que me llamó la atención de este fue precisamente la portada, llena de turquesas, las motos, el hombre en un primer plano... y bueno, no me ha decepcionado, de hecho todo lo contrario.
La acción transcurre en la Trans-taiga, una carretera situada en Canadá y construida por la empresa Hydro-Quebec para enlazar diferentes estaciones hidroeléctricas ubicadas a lo largo del curso del río La Grande y Caniapiscau. Un lugar bastante ideal donde situar un buen libro: sin cobertura para móviles, tramos sin gasolineras de hasta 500 km, 1300 km por caminos de grava cubiertos de pedruscos, con lobos, osos... Impresionante lugar, ¿verdad?
Reconozco que una vez terminado el libro me he puesto a investigar sobre esta zona de Canadá. La ambientación es un punto muy importante pues ya te da la idea de que todo puede ocurrir y nadie se va enterar de lo que ahí pase. En este escenario nos encontramos a Mac que recorre la carretera junto a Perla, los dos montan sus respectivas motos y cada uno parece encarar el viaje con un diferente objetivo. El primero busca rememorar el pasado, un viaje catártico que duró una semana hace ya demasiados años que hicieron juntos también en moto y oye, a poder ser, follar. La segunda huye de un pasado que iremos descubriendo a lo largo del libro, aunque también Mac tiene sus propios demonios y ha abandonado situaciones que han marcado su vida.
Al inicio del libro, parece que estemos frente a una road-trip canadiense y tiene su parte, pero también va mucho más allá. Ya empezando por los protagonistas, Mac un motero con fobia social y ataques de pánico. Perla con sus abandonos que la llevan a algo que no esperaba, con sus sentimientos de culpa y necesidad de redención.
El primero tiene una clara evolución a lo largo del libro, la segunda quizá tiene un cambio de actitud al final, pero aunque al inicio parecía que iba a compartir protagonismo, pronto pierde fuelle y se queda en compañera secundaria de Mac. Pero a parte de la ruta de los moteros, añadimos al conjunto la caída de una avioneta de narcotraficantes, la contemplación de estrellas y auroras boreales de un astrónomo y su hijo, la ingeniería genética, el pueblo de los cree (uno de los mayores grupos indígenas de Canadá)...
La novela es una especie de western contemporáneo, con motoristas en lugar de vaqueros, los cree como indios, Canadá como territorio salvaje e inhóspito.
El estilo de Bueso hace fácil la lectura de este libro, que no llega a las 300 páginas. Capítulos cortos como sus frases, se lee con fluidez a pesar de no contar con diálogos entre sus páginas.
Lenguaje y texto cercano, tacos, referencias culturales y musicales, narración en tercera persona, ritmo bastante lento hasta un poco más allá de la mitad y ya imparable al final.
Como parte no tan positiva, que también hay algunas cosas que no me han convencido, puedo mencionar los flashbacks al pasado. Los de Mac se me hicieron especialmente largos y me aportaron muy poco al desarrollo de la novela.
Algunas relaciones se me hicieron algo previsibles pero bueno, sin más, creo que el autor sabía que relacionaríamos las dos tramas como creo que el lector hace al leer el libro.
El final me gustó. A medida que llegaba el desenlace, me iba preguntando como podría el autor unir las tramas y a la vez acabar la novela y me pareció una forma correcta y adecuada, imaginé varios finales posibles pero bien, acabé contenta con el escrito.
No será la última novela del autor que lea, de hecho, aunque no tenga más comprados, sí que tengo un par anotados en mis pendientes.
Recomendado, es una novela interesante y una buena manera de descubrir al autor.
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