Jack Ketchum - Joyride

 JOYRIDE - JACK KETCHUM

SINOPSIS  

REPRESALIA

Aquí estoy, amigos y vecinos.

El señor Desastre.

El tipo que vive para volaros la tapa de los sesos.

El tipo que os ama, que ama vuestra sangre y vuestros huesos.

Es la hora de la venganza.

Una jodida y sagrada buena hora.

Que le ha llegado a todo el mundo.

 

Hoy os dejo la reseña de un libro que he terminado hace poquito. Lo empecé un día antes de irme a Madrid de vacaciones y claro, ahí solo me llevé el iPad y tiré de libros digitales, así que, al volver seguí con lo digital dejando un poco de lado Joyride, finalmente me centré y en un par de días lo tuve terminado. 

 

Ya véis que la sinopsis no da muchas pistas sobre el argumento, pero es parte de la gracia, el no saber qué te vas a encontrar cuando lo empieces. Yo que soy muy susceptible a los spoilers lo agradezco totalmente. Para mí el reclamo fue el propio autor y lo hubiera comprado tratara de lo que tratara, pero es que además, la portada me parece muy llamativa, tiene un punto oscuro e inquietante que me encanta.

Jack Ketchum no es un autor nuevo en este blog, en el pasado ya reseñé La chica de al lado y Al otro lado del río. Son dos novelas que me gustaron mucho y por ello, cuando vi que la editorial La biblioteca de Carfax publicaba este, supe que tenía que leerlo sí o sí.

 

Pero, ¿de qué trata Joyride?  Conoceremos la historia de Carol y Lee quienes han logrado matar al marido de ella. Su plan parecía no tener fisuras, pronto aparece un cabo suelto: Wayne. 

Él les ha visto cometer el crimen y algo se ha desencadenado en su interior, algo que amenazaba con salir a la luz y que ya no puede controlar.

Por ello, Wayne emprenderá con la pareja un viaje que leeremos sin perdernos detalle.

 

Lo que me gusta de este autor es que en todas sus novelas, o al menos en las que he leído yo, el mal no está representado por un ser sobrenatural, este reside en las personas y eso es lo que da más miedo, porque lo que él cuenta no está alejado de la realidad, de algo que puede suceder o incluso, estar sucediendo en este mismo momento. Y si eso es difícil de asumir, peor es si esta maldad no está justificada por algo en concreto. Muchas veces queremos disculpar conductas, pero Ketchum no lo pone fácil, no hay motivos que justifiquen lo que pasa porque a veces, la maldad se da per se.

 

El autor se introduce y nos mete de lleno en la mente de un asesino y además lo hace ya antes de que cruce el límite y luego seguimos con él hasta su desenlace. 

Si estamos un poco al día de lo que sucede a nuestro alrededor, sabemos que hay una serie de personas que son aparentemente normales, que se comportan como tales, pero que por algún desencadenante, en cierto momento, dan rienda suelta a esa parte oscura que siempre ha estado en su interior. Es algo perturbador cuando te pones a pensar en ello, ¿con cuantos perturbados nos cruzamos a lo largo de nuestra vida? Quizá solo la suerte impide que nos seleccionen como posibles víctimas de sus instintos, quién sabe.

 

Libro que no llega a las 300 páginas y que a pesar de haber tardado algo más de la cuenta en leer, se me hizo corto. Desde que empezamos se van sucediendo escenas que aumentan la tensión y esta no nos deja hasta el final. Tiene un ritmo alto y aunque tiene su parte previsible, da igual porque lo interesante es como avanzamos, como lo cuenta el autor y como lo vivimos los lectores.

No es un libro lleno de descripciones porque en realidad estas no nos hacen falta, lo inquietante es lo que se mueve en el interior de los protagonistas: qué piensan, qué desean, cuáles son sus motivos. Ahí es donde reside lo bueno de Joyride que al final, nos identificamos no solo con la pareja, también con Wayne a pesar de llevarnos al límite.

Ya veis la importancia de los personajes en la historia. Aunque al inicio parece que todo va a girar alrededor de la pareja y de lo que han hecho, al cabo de poco tiempo Wayne consigue arrebatarles el protagonismo. Lo logra a medida que su visión de ellos cambia, así pues, al inicio siente admiración, ellos han dado rienda suelta a lo que él lleva tiempo conteniendo: les considera sus amigos, sus iguales, en ese momento se comparte el protagonismo. Pero cuando el alumno supera al maestro, es inevitable que ocupe su lugar. Así Wayne acaba siendo el protagonista de Joyride.

 

El estilo del autor es conciso, claro, directo. No hay páginas de relleno ni vueltas sin sentido, tampoco quedan cabos sueltos al final. La parte introspectiva está tratada de la misma manera, sin caer en vueltas y más vueltas, ya con lo que Ketchum cuenta nos obliga a pensar sobre ello y a sacar nuestras propias conclusiones.  

Es una novela que me ha gustado porque siempre me gusta meterme en una cabeza perturbada, imaginar lo que se siente y las motivaciones que se puede tener y aunque muchos autores lo intentan, no todos lo consiguen, y Ketchum siempre lo borda. Por eso, sigo leyendo los libros que se van publicando en español, que para mi gusto son pocos.

Después de lo anterior, poco más puedo decir: novela totalmente recomendada. Como detalle final añadir que cuando la terminamos y nos encontramos con las palabras del autor sobre de donde salió la inspiración, este mencionó una novela de Émile Zola: La bestia humana, libro que no estaba en mis planes leer pero que añadí a mis lecturas del momento, pronto os dejaré la reseña.

VALORACIÓN: