Viena, 1920. La ciudad del inspector August Emmerich es un lugar de extremos donde la población vive entre grandes penurias, inestabilidad política y una vida nocturna muy activa. Mientras sus colegas trabajan en un caso mediático, el asesinato del popular concejal Richard Fürst, Emmerich y su asistente Ferdinand Wintertienen que hacer de «niñeras» de una famosa actriz que teme por su vida. Mientras la protegen no solo encuentran una siniestra conexión con Fürst, sino que también descubren un rebuscado plan de asesinato. Comienza así una dramática carrera contrarreloj que permitirá al lector adentrarse en los abismos de la ciudad y sus habitantes.
La mujer de rojo es la segunda novela de Alex Beer protagonizada por el inspector August Emmerich.
Es un libro de poco más de 350 páginas, publicado por la editorial Maeva Noir.
La acción transcurre en Viena, en el año 1920. Ahí encontramos al inspector Emmerich y a su ayudante. Ellos realizan trabajos poco importantes, casi administrativos y nadie parece apreciarles.
Sus compañeros, en cambio, se ocupan de la muerte de un concejal muy querido por los menos favorecidos. Cuando se cierra el caso, el inspector no está de acuerdo con el detenido y logra un tiempo para investigar sobre el asunto, eso sí, tienen que hacerlo solos, a escondidas y sin descuidar sus otros trabajos, y claro, darse prisa pues hay un hombre que parece inocente que no aguantará la presión de la cárcel ni de los presos que le odian por haber matado a la única persona que sentían que les podía ayudar o les había ayudado.
Como os decía, es la segunda novela protagonizada por este inspector, pero la verdad es que se puede leer de forma independiente, supongo que lo suyo es empezar por la anterior pero si llegáis aquí, como yo, podéis iniciar su lectura sin problemas.
Supongo que la parte personal es la que se enriquece con el seguir el orden "correcto", pero la investigación policial es independiente, de la misma manera que el desenlace es cerrado y no creo que los personajes se repitan en un futuro. A diferencia de ello, la parte personal relacionada con el inspector queda del todo abierta y nos deja con ganas de seguir.
La ambientación de la novela es muy buena, notamos como la ciudad sufre la consecuencias de la Primera Guerra Mundial y el caldo de cultivo que supone a nivel político las diferentes facciones, también la pobreza de buena parte de la población que contrasta con la riqueza de otros.
Lenguaje sencillo, entendible y efectivo. Bastante visual y fácil de imaginar.
La investigación sigue las pautas más clásicas, recordemos que estamos en 1920 y ahí muchos avances científicos no existían, así que toca moverse por la ciudad, interrogar, tirar del hilo... quizá es algo más lento que lo que conocemos ahora pero no se hace pesado en ningún momento.
Personajes bien definidos, que nos dejan con ganas de más y de hecho, más que por el inspector me ha llamado la atención su ayudante y lo que habrá tenido que sufrir en el pasado.
Poco más os puedo decir, una novela que me ha gustado. La he leído en dos o tres días y me ha dejado con ganas de volver a este inspector, de momento, tengo que comprar la primera parte y así completo mis huecos en materia personal.
Recomendable como lectura sencilla, pero también adictiva, ya me contaréis que os parece si le dais la oportunidad.
VALORACIÓN:
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